La República Dominicana ha enviado a Cuba un cargamento de 19 toneladas de ayuda humanitaria, que incluye transformadores eléctricos, alimentos básicos como arroz y harina, y útiles escolares.
Este apoyo busca mitigar los efectos de recientes desastres naturales que han profundizado la crisis económica y social de la isla. La donación fue recibida en el Aeropuerto José Martí de La Habana y reafirma la solidaridad internacional hacia Cuba.
Sin embargo, esta ayuda también pone en evidencia las profundas fallas estructurales del sistema cubano. A pesar de contar con recursos naturales y una ubicación estratégica, la mala gestión política y económica ha llevado al país a depender de donaciones externas para cubrir necesidades básicas.
Mientras tanto, otras naciones del Caribe, como República Dominicana, logran mantener un crecimiento económico sostenible, evidenciando un contraste en la gestión estatal.
Para muchos cubanos, este tipo de asistencia externa resulta paradójico y humillante, considerando el potencial que alguna vez tuvo Cuba como líder regional en agricultura e industria.
El embajador dominicano Ángel Arzuaga destacó la importancia de la solidaridad internacional, pero el pueblo cubano enfrenta una realidad marcada por apagones, desabastecimiento y un deterioro generalizado de servicios básicos, consecuencia de un sistema que prioriza la ideología sobre las necesidades urgentes de la población.