El fentanilo contaminado producido por el labotario de Ariel García Furfaro, HLB Pharma, ya provocó 96 muertes y sigue generando interrogantes, especialmente sobre la forma en que las dosis con bacterias letales llegaron a pacientes de diferentes provincias de Argentina antes de que pudiera detectarse a tiempo el problema.
Luego de las detenciones de los hermanos García Furfaro, su madre y otros directivos de HLB Pharma, Clarín accedió al pedido de detención e imputaciones que la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Nº1 de La Plata le solicitó al juez Ernesto Kreplak, quien como se sabe se encarga de la investigación.
El dilema principal de la investigación, señala el informe que firmaron Diego Iglesias, titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), y María Laura Roteta, a cargo de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°1 de La Plata, es que todavía no puede sacerse la cantidad exacta de fallecimientos causados por fentanilo que salió de HLB Pharma y Ramallo, los laboratorios de Ariel García Furfaro.
Entonces, todavía con ese número abierto, la mira pasa a cómo pudieron contaminarse miles decenas de miles de dosis, luego distribuidas a centros sanitarios de todo el país.
De acuerdo a los fiscales, en las pruebas que lograron reunir hasta ahora la contaminación habría ocurrido durante la producción del producto en la planta de Laboratorios Ramallo S.A., ubicada en la ciudad homónima de la provincia de Buenos Aires, obviamente por no respetarse los protocolos que estipula la ley. A continuación, señalan que “la prueba acumulada permite ya afirmar la responsabilidad, con el estándar que requiere esta etapa del proceso, de las personas imputadas en lo que hemos denominado ‘desvío de calidad’”.
El informe habla de los dos lotes que fueron contaminados: el 31.202, que llegó a miles de pacientes; y el 31.244, que afortunadamente pudo recuperarse antes de que llegara al público.
Los fiscales, al momento de justificar los arrestos realizados hasta ahora -que incluyen a la madre y los hermanos de García Furfaro-, y fortalecer la idea de que la contaminación se debe a la mala producción de la droga, usan como base los informes técnicos elaborados por la ANMAT y ANLIS-Malbrán.
Citan, por ejemplo, que los lotes contaminados salieron al mercado antes de que se terminase de realizar el ensayo de simulación común; y agregan que también hubo fallas en el Agua para Inyectables (WFI), un elemento fundamental para crear fentanilo, que no se obtuvo siguiendo todos los pasos de cuidado obligatorios.
Otro tema importante es la fecha de vencimiento del citrato de fentanilo (la materia prima que se usa para hacer la droga) en el lote 31.202, que vencía el 18 de enero de 2025, apenas un mes después de que se produjeran los lotes contaminados, que fueron puestos a la venta el 4 de enero.
Los fiscales también hablan, en el documento citado por Clarín, de los “riesgos asociados al control de la calidad”: “La metodología utilizada en el ensayo de esterilidad consistió en analizar hasta ocho lotes diferentes en un solo ensayo (‘pooling’), representando una desviación crítica de las BPF. Esta práctica invalida el ensayo, ya que impide la trazabilidad e introduce un alto riesgo de obtener resultados falsos negativos, donde un lote contaminado pasa desapercibido”.
Otro detalle que señalan es que los tiempos de limpieza y sanitización entre lotes eran demasiado cortos, y denuncian contaminación de ambiente y fallas en el mantenimiento de los equipos usados para realizar el control de calidad.
La fiscalía además cita las conversaciones de WhatsApp que recuperaron de personas imputadas en la causa, donde puede verse que eran conscientes de que estaban haciendo mal su trabajo. Por ejemplo:
- “¿Ven a lo que voy de hacer cosas dibujadas?, después nos pasan estas cosas. Por favor no dibujemos más, y cada vez que hagamos algo asegurémonos de tener la información necesaria mínima”.
- «Esa producción se hizo en el aire con respecto a la documentación”.
La distribución del lote contaminado de fentanilo
Tras ser envasadas el 18 de diciembre, según el informe de los fiscales, el lote 31.202 fue dividido y empaquetado en cajas que contenían 100 ampollas cada una. El 4 de enero fueron liberadas y enviadas a cuatro grandes droguerías. Una de ellas fue Alfarma S.R.L., propiedad de Ariel García Furfaro, que compró 150 cajas, es decir, 15.000 ampollas.
De acuerdo a la investigación realizada por los fiscales, estas 15.000 ampollas fueron, a su vez, vendidas a la Unidad de Compras de Productos e Insumos Medicinales (UCPIM) del Ministerio de Economía, Hacienda y Finanzas de la Provincia de Formosa, que luego le vendió 2.000 al Hospital Interdistrital Evita. En esta provincia hubo tres fallecimientos por fentanilo contaminado.
La droguería GLAMAMED compró 30.000 ampollas (30 cajas) y las vendió prácticamente a todas. Sus compradores fueron 24 sanatorios y clínicas privadas de las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.
La droguería Nueva Era S.R.L compró 50.000 ampollas (50 cajas), y vendió 48.300 a 21 centros de salud de las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.
Finalmente, la drogería Federal Pharma (Regional Med S.R.L.) adquirió 10.000 ampollas, de las que vendió prácticamente la mitad al Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe, y 1.000 al Hospital J.B. Iturraspe.
Fuente: Perfil