La inteligencia artificial generativa (GenAI) está transformando el mundo del trabajo, y Latinoamérica no es la excepción. Sin embargo, su impacto varía significativamente entre los países de la región, según un reciente informe del Banco Mundial.
Mientras algunas economías más desarrolladas, como Costa Rica y Uruguay, presentan una mayor exposición laboral a estas tecnologías, otras, como Bolivia y Ecuador, registran una incidencia menor. Esta disparidad plantea tanto oportunidades como riesgos, dependiendo de la capacidad de adaptación de cada nación.
Exposición laboral: Diferencias por país
El Banco Mundial clasifica la exposición a la GenAI en tres categorías: riesgo de automatización, potencial de mejora productiva e incertidumbre sobre su impacto. Según el estudio, entre el 26% y el 38% de los empleos en la región están expuestos a esta tecnología, con variaciones notables entre países.
Estos son los países latinoamericanos donde los trabajadores están más expuestos a los efectos de la GenAI:
Costa Rica (38%) – Lidera la región debido a su fuerte sector de servicios y alta adopción tecnológica.
Uruguay (37%) – Su economía digitalizada y mano de obra calificada lo hacen vulnerable a cambios disruptivos.
Brasil (37%) – La mayor economía de la región tiene un mercado laboral diverso pero con alta automatización en sectores administrativos.
República Dominicana (37%) – Su creciente industria de servicios enfrenta tanto riesgos como oportunidades.
Chile (36%) – Con una fuerza laboral formalizada, la GenAI podría reemplazar o mejorar muchos empleos.
Colombia (35%) – Sectores como finanzas y atención al cliente son altamente susceptibles.
México (34%) – La manufactura y los servicios podrían verse impactados, pero con diferencias según ingresos.
Surinam (33%) – Aunque pequeño, su mercado laboral tiene una exposición similar al promedio regional.
Promedio regional: 32%
Países con menor exposición a la IA Generativa
En el otro extremo, estas naciones muestran una resistencia relativa a los cambios impulsados por la GenAI:
Barbados (26%) – La menor exposición de la región, con una economía menos digitalizada.
Ecuador (27%) – Baja penetración de tecnologías avanzadas en su mercado laboral.
Bolivia (27%) – Sectores tradicionales y menor automatización reducen su vulnerabilidad.
Nicaragua (28%) – La informalidad laboral actúa como barrera a la adopción de IA.
Guayana (29%) – Economía basada en recursos naturales con bajo impacto inicial de la GenAI.
Honduras (29%) – Similar a Nicaragua, con alta informalidad y baja digitalización.
Perú (30%) – Aunque en crecimiento, su mercado laboral aún depende menos de IA.
Granada (31%), Panamá (31%), Belice (31%), Guatemala (31%), El Salvador (32%) – Estos países tienen una exposición moderada, pero por debajo del promedio regional.
Escenarios laborales frente a la GenAI
Empleos en riesgo de automatización
Entre el 1% y el 6% de los puestos de trabajo en la región podrían ser reemplazados por sistemas de IA generativa. Los más vulnerables son aquellos que involucran tareas repetitivas, como agentes de servicio al cliente o digitadores de datos. Estos empleos, altamente susceptibles a la automatización, requieren una rápida reconversión laboral para evitar un aumento del desempleo.
Ocupaciones con potencial de mejora
Un segmento más amplio, que abarca entre el 7% y el 14% de los trabajadores, podría experimentar un aumento en su productividad gracias a la GenAI. Profesiones como la docencia, los servicios de salud y los oficios personales se verían beneficiados, ya que la IA puede optimizar procesos sin sustituir completamente el rol humano.
La Incógnita: Empleos con Impacto Indeterminado
El mayor porcentaje de trabajadores (entre el 13% y el 22%) se encuentra en una zona gris. Aún no está claro si sus funciones serán automatizadas o mejoradas. Este grupo incluye empleos que requieren habilidades mixtas, donde la interacción humana y el juicio crítico son clave, pero que podrían verse parcialmente apoyados por herramientas de IA.
Brechas digitales y desigualdades
Uno de los hallazgos más preocupantes del informe es que, aunque existen alrededor de 17 millones de empleos en la región que podrían beneficiarse de la GenAI, muchos se ven limitados por la falta de acceso a tecnologías digitales. Esta brecha afecta principalmente a los países de bajos ingresos y a los trabajadores más vulnerables, exacerbando las desigualdades existentes.
Además, el perfil de los empleados en mayor riesgo de automatización coincide con el de aquellos que, paradójicamente, tienen mejores condiciones laborales: mujeres, jóvenes urbanos con educación superior y empleados formales en sectores como banca, finanzas y administración pública. Mientras tanto, quienes podrían aprovechar las ventajas de la GenAI para mejorar su productividad suelen pertenecer a estratos socioeconómicos más altos, profundizando la disparidad.
En México, por ejemplo, los trabajadores del quintil más rico tienen 5.6 veces más probabilidades de acceder a empleos mejorados por IA que aquellos en el quintil más pobre. Esta tendencia se repite en otros países, evidenciando la necesidad de políticas inclusivas.
Políticas para un futuro equilibrado
Para evitar que la GenAI amplíe las brechas sociales, el Banco Mundial recomienda estrategias integrales. Entre ellas destacan:
Inversión en infraestructura digital, para garantizar acceso equitativo a las nuevas tecnologías.
Programas de capacitación, enfocados en habilidades básicas y avanzadas para adaptarse a los cambios.
Protección social, con apoyo económico para trabajadores desplazados durante la transición.
La inteligencia artificial generativa llegó para quedarse, y su impacto en Latinoamérica dependerá de cómo los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil gestionen sus oportunidades y desafíos. La región tiene la posibilidad de aprovechar esta revolución tecnológica para impulsar su productividad, pero sin medidas adecuadas, también podría enfrentar mayores desigualdades.
El momento de actuar es ahora.
Fuente: Mercado