La presencia de China en América Latina ha adquirido una dimensión significativa en las últimas dos décadas, y la República Dominicana no es la excepción. Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas el 1 de mayo de 2018, se inició el comercio entre ambas naciones, como una fuerza primordial en la política exterior y comercial dominicana. Este intercambio comercial entre República Dominicana y China, ha arraigado al gigante asiático como uno de los principales socios comerciales del país; no obstante, esta relación comercial revela una preocupante asimetría debido a que mientras las importaciones desde China crecen a pasos agigantados, las exportaciones dominicanas hacia ese mercado permanecen rezagadas, lo que genera un déficit comercial significativo.
La consolidación de China como socio comercial de República Dominicana ofrece oportunidades innegables, pero también plantea retos que deben ser abordados con urgencia. Sin una estrategia que equilibre las importaciones con el fortalecimiento de las exportaciones, el país corre el riesgo de perpetuar una relación comercial desigual, con implicaciones negativas para su desarrollo económico a largo plazo. Verbigracia que este fenómeno refleja que irá desplazando parcialmente a los Estados Unidos, que ha sido históricamente el principal aliado económico de la región.
Consultando las fuentes del Observatorio de Complejidad Económica (OEC); la Oficina Nacional de Estadística (ONE); OEC World; y la Dirección General de Aduanas (DGA), podremos observar el impacto de esta relación comercial tan solo en los años 2023-2024 hasta los inicios del 2025, con las implicaciones para los actores económicos y políticos, y nos lleva a reflexionar que es momento de actuar con visión y compromiso para aprovechar al máximo esta alianza y convertir a China no solo en un proveedor, sino en un verdadero socio estratégico. Aunque todavía no se disponen de datos exactos para 2025, las tendencias actuales sugieren que el volumen de importaciones desde China a la República Dominicana continuará en aumento; sin embargo, no se vislumbra que las exportaciones desde República Dominicana hacia China vayan a crecer mínimamente.
Las estadísticas más recientes sobre importaciones y exportaciones entre ambos países sostienen que, durante el primer semestre del año 2024, desde China a la República Dominicana se exportó bienes por un valor ascendente a $2,080.39 millones de dólares, un 7.42 % más que en el mismo período de 2023 (N Digital).en cambio, durante el primer semestre, las exportaciones de Republica Dominicana hacia China disminuyeron un 7.31 % en comparación con 2023, pasando de $83.40 millones a $77.30 millones de dólares (N Digital).
Es mas que evidente el rezago de las exportaciones dominicanas, hacia el gigante asiático. La brecha comercial entre ambos países es indudable. Solo en el primer semestre de 2024, el déficit comercial de República Dominicana con China alcanzó los $2,003.09 millones de dólares, un aumento del 8 % respecto al mismo período de 2023 (N Digital). Este panorama pone en evidencia la necesidad de diversificar la oferta exportable dominicana y buscar estrategias que permitan posicionar productos nacionales en el mercado chino.
El crecimiento de las importaciones desde China no debe ser visto únicamente como una oportunidad, sino también como un desafío estratégico. Mientras que la demanda de bienes chinos responde a las necesidades de modernización del país, la baja competitividad de las exportaciones dominicanas refleja debilidades estructurales en la economía nacional.
Para revertir esta tendencia, se requiere una política comercial agresiva que fomente la innovación, la calidad y la diversificación de los productos dominicanos, así como un esfuerzo diplomático más enfocado en garantizar acceso preferencial al mercado chino, podrían encontrar un nicho si se logran alianzas estratégicas y acuerdos comerciales favorables.
Es momento de actuar con perspectiva y compromiso para aprovechar al máximo esta relación comercial y convertir a China no solo en un proveedor, sino en un verdadero socio estratégico.
Fuente: José Peña Santana para El Nuevo Diario