“Me voy a mi balcón, ahí voy a dormir”, dijo Raúl Pacheco encogiéndose de hombros, mientras el diabético de 63 años se sentaba en un andador para curarse un pie herido.
Julio Córdova, trabajador municipal, dijo que se vistió a la luz de su celular y planeaba comprar velas. “Esto me afecta porque tenía planes. No podía ser ayer ni mañana”, señaló, sacudiendo la cabeza mientras rastrillaba las hojas.
Estos y otros testimonios similares dados a los periodistas de AP muestran el preocupante fin de año que pasarán los pobladores de Puerto Rico.
Un apagón afecta a casi todo ese país desde la madrugada, dejando a más de 1,3 millones de clientes sin electricidad. Las autoridades dijeron que podría tomar hasta dos días restablecer el servicio.
El apagón se produjo al amanecer del 31 de diciembre, sumiendo a la isla en un silencio inquietante mientras los aparatos eléctricos y los aires acondicionados se apagaron antes de que quienes podían permitirse comprar generadores los encendieran.
“¡Tenía que ser el 31 de diciembre!”, exclamó un hombre que sólo se identificó como Manuel, mientras se encontraba frente a una tienda de comestibles en la capital de San Juan, quejándose del apagón que coincidía con su cumpleaños: “No hay felicidad”.
Casi el 90 % de los 1,47 millones de clientes en Puerto Rico quedaron sin servicio, según Luma Energy, empresa privada que supervisa la transmisión y distribución de electricidad.
Luma dijo en un comunicado que, al parecer, el apagón fue causado por una falla en una línea eléctrica subterránea y que se está restaurando el suministro eléctrico “de la manera más rápida y segura posible”. Un portavoz de Luma dijo a The Associated Press que el incidente estaba bajo investigación.
Informe: AP