El grupo mexicano Alsea, un gigante de la gastronomía en Latinoamérica, optó por vender la operación local de Burger King, cadena que compite en el país con McDonald’s y Mostaza, luego de sostenerla durante más de una década. Tras el anuncio, ya se presentaron interesados en adquirir la cadena de hamburguesas.
La decisión de desprenderse de su operación del local de comida rápida en Argentina, según indicó La Nación, forma parte de una desinversión del grupo a nivel regional, lo que también implica soltar los negocios de Burger King en Chile y México.
El banco BBVA fue quien recibió desde Alsea el mandato de búsqueda de un comprador y no tardaron en aparecer potenciales compradores que incluyen desde fondos de inversión, grupos locales de la gastronomía e incluso operadores internacionales del mismo rubro.
De todas formas, la venta de la operación en Argentina no significa la salida del grupo del país. A diferencia de lo que se produjo con otras multinacionales, Alsea continuará operando en la región a través de Starbucks, cadena de cafeterías con 133 locales en territorio argentino.
Algunos de los potenciales compradores que suenan hasta el momento son DGSA (dueños de las pizzerías Kentucky, Sbarro y Chicken Chill), el fondo Inverlat (dueño de Havanna y hasta 2018 operador de Wendy’s y KFC) y el grupo ecuatoriano Int Food, que entró al negocio al comprarle a Inverlat las operaciones de los mencionados locales.
Burger King en Argentina
La famosa cadena de hamburguesas, competencia de McDonald’s llegó a Argentina en 1989 con un local en Belgrano y en la actualidad se expandió hasta contar con 116 locales, los cuales serían todos incluidos dentro del paquete que se vende junto a los de Chile y México.
La marca fue la segunda más importante en el negocio de comida rápida, ubicándose detrás de McDonald’s, hasta 2028 cuando fue desplazada por Mostaza y, hasta la actualidad ocupa el tercer puesto. Este aumento de la competencia hizo que al grupo se le dificultara sostener el crecimiento de la marca.
Los indicadores de Burger King ya estaban en rojo antes de la pandemia, y la cuarentena para prevenir al expansión del Covid-19 derivó en la reconfiguración y cierre de varias locaciones y sucursales, entre ellos el reconocido local de la esquina de Corrientes y Florida, el cual cerró en enero de 2019 tras haber funcionado durante 24 años.
Desde la cadena también se incursionó en una reconversión, que significó el impulso de nuevos formatos de atención y una nueva experiencia de cara al cliente, ofreciendo un producto basada en la calidad antes que en el volumen, al mismo tiempo que optó por lanzar productos más saludables y sumar atención por canales digitales, delivery y otras alternativas.
Fuente: Perfil