Ezri Hajiune, una ciudadana estadounidense de entre 18 y 22 años, falleció el pasado lunes 23 de junio mientras se encontraba detenida en el Centro de Retención Vacacional de Haina. Días antes de su muerte, dejó por escrito un llamado de auxilio en el que denunció tortura, abandono institucional y temor a ser devuelta a Estados Unidos.
Las notas, a las que De Último Minuto tuvo acceso, fueron escritas a mano en inglés y revelan el estado de vulnerabilidad en que se encontraba la joven. En uno de los mensajes, Hajiune afirma: “Help. Not safe. Emergency.” (“Ayuda. No estoy segura. Emergencia”), y detalla que sufre de una alergia grave, que fue víctima de guerra y que no puede comunicarse con personal estadounidense, a quienes acusa de torturarla.
También expresa tener “autismo severo con síntomas graves” y manifiesta una identidad intersexual.
“Estoy siendo torturada por personas estadounidenses aquí. Me están reteniendo injustamente. No me dejan hablar con trabajadores no estadounidenses. No puedo volver a Estados Unidos. Es ilegal para mí”, escribió.
Las denuncias de Hajiune coinciden con lo expresado por el abogado de derechos humanos Carlos Sánchez, quien asumió su defensa tras recibir reportes sobre las condiciones infrahumanas en las que se encontraba.
Ante esta situación, presentó una acción de hábeas corpus que fue conocida por la Segunda Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia de San Cristóbal el 19 de mayo.
En esa audiencia, según consta en el acta, la jueza Wilma Cuello ordenó a la Dirección General de Migración realizar evaluaciones médicas y permitir el contacto entre Ezri y su abogado, además de imponer una multa por cada día que no se ejecutara la decisión judicial.
Sin embargo, un mes después, el 23 de junio, la joven fue encontrada sin vida.
Mientras tanto, el manuscrito dejado por Ezri queda como testimonio final de su clamor.
Fuente: De Último Minuto