Dos ataques israelíes en edificios residenciales del norte de Gaza resultaron en 84 víctimas mortales, entre ellas más de 50 niños, y al menos 186 heridos, según autoridades gazatíes.
La Oficina de Comunicaciones del Gobierno de Gaza, controlado por Hamás, denunció la situación como una “masacre” debido a la falta de servicios de emergencia en la zona para atender a los heridos y socorrer a las víctimas.
En el marco del conflicto que inició el 7 de octubre, el Ejército de Israel ha intensificado su ofensiva en Gaza, combinando bombardeos y operaciones terrestres.
Las autoridades de Gaza han hecho un llamado a la comunidad internacional para que intervenga y proteja a los civiles, además de acusar a Israel y a sus aliados de facilitar lo que describen como un genocidio.
La crisis ha dejado un saldo devastador, con más de 43,000 palestinos fallecidos, entre ellos una mayoría de mujeres y niños, y más de 101,800 heridos, según cifras del Ministerio de Sanidad de Gaza.
Las autoridades gazatíes insisten en que se ponga fin a la violencia y se dé prioridad a la protección de los civiles atrapados en medio del conflicto.