“Por este acto, declaro inauguradas las primeras Olimpiadas femeniles”, dijo Alice Milliat (foto). Estaba en París. En 1922. La fundadora de la Federación Internacional de Deportes Femeninos, o Fédération Sportive Féminine International, desafiaba al mundo de los varones. Ese día, todas las competidoras fueron mujeres.
Ya habían participado damas en Olimpíadas: incluso, la primera vez que lo hicieron, también en París, pero en 1900, Charlotte Cooper ganó la primera medalla para mujeres al vencer en tenis a Helene Prévost.
Lo de Milliat fue más revolucionario porque no contó con el aval del Comité Olímpico. Incluso el fundador, Pierre de Coubertin, si bien se lo considera el padre de las Olimpíadas era opositor a la presencia de polleras en los juegos. En 1912, dijo que tener mujeres en los Juegos Olímpicos “es poco práctico, poco interesante, poco agraciado y, no dudo en añadir, inapropiado”.
Los Juegos Olímpicos de París celebrados hace un siglo contaron con 135 mujeres de entre 3.089 varones, pero la participación se limitó a unas cuantas pruebas, como la natación y el tenis. No hubo participación femenina en la mayoría de los deportes, incluidos el atletismo, el fútbol, el remo, el ciclismo e incluso la gimnasia.
Cuando cuatro años más tarde se celebraron en Amsterdam, de Cubertin afirmó su idea: “en cuanto a la admisión de mujeres en los Juegos, sigo estando rotundamente en contra”. Murió en 1937. Hoy se horrorizaría.
Milliat es la ganadora, no de una medalla sino de una batalla, la del género. París, la segunda ciudad que contará con tres Juegos Olímpicos en su historia (solo superada por Londres): contará con el 50 % de atletas mujeres estableciendo la mitad exacta de los 10.500 deportistas que representarán a sus respectivos países. Son 5.250 cupos para cada sexo en 204 delegaciones.
Nuestras 24 chicas ya están en la Ciudad Luz y todos esperamos que hagan flamear la bandera dominicana en el lugar más alto de los podios.