La justicia argentina ha imputado a cuatro religiosos del Opus Dei, incluyendo a tres ex vicarías generales y al exdirector de la rama femenina de la institución, por presuntos delitos de trata de personas y esclavitud.
Las acusaciones provienen de 43 mujeres que denuncian haber sido explotadas laboralmente entre las décadas de 1980 y 2000, trabajando como empleadas domésticas sin remuneración y con educación incompleta, en centros pertenecientes a la organización religiosa.
Según los testimonios recopilados, las mujeres fueron engañadas cuando eran adolescentes con la promesa de continuar sus estudios, pero una vez dentro del Opus Dei, fueron sometidas a largas jornadas de trabajo en condiciones de servidumbre.
La Fiscalía sostiene que las víctimas no recibieron salario o, en algunos casos, debían devolver el poco dinero que se les daba, sin acceso a derechos laborales básicos como descansos adecuados.
Por su parte, el Opus Dei ha rechazado las acusaciones, calificándolas de falsas y descontextualizadas, afirmando que las mujeres denunciantes eligieron libremente su vocación como numerarias auxiliares de la organización.
Aunque la institución lamenta que el caso haya llegado a los tribunales, también asegura que una investigación judicial es necesaria para esclarecer los hechos y cerrar el conflicto que ha estado presente en los medios desde hace años.