“Colossus” parece ser “colosal”. Elon Musk, su creador, la presenta como una de las máquinas más poderosas jamás creadas, un superordenador que cuenta con 100.000 unidades de procesamiento gráfico (GPU) Nvidia H100, lo que lo sitúa en la cúspide de la potencia de procesamiento en el mundo de la Inteligencia Artificial (IA).
Colossus fue diseñado específicamente para entrenar el modelo de lenguaje Grok, que ya es usado en X, antes Twitter. Musk indicó que es necesario para su última iniciativa: xAI, proyecto ambicioso que promete “conocer la verdad del universo”.
Estas GPU están diseñadas para acelerar tareas de aprendizaje automático, lo que permite que los modelos de lenguaje procesen grandes volúmenes de datos y aprendan de manera más rápida y eficiente.
Como si fuera poco, Musk anunció que el sistema no se quedará ahí, porque planea añadir 50.000 chips Nvidia H200, que, según sus cálculos, ofrecen el doble de rendimiento en aceleración de IA que las H100.
Estas unidades oscilan entre los 20.000 y los 90.000 dólares por GPU, lo que implica que solo en la primera fase de su proyecto, Musk ha desembolsado al menos 2.000 millones de dólares. Sin embargo, esto solo representa una fracción del costo total: aún es necesario considerar otros elementos, como centros de datos, infraestructura de enfriamiento y personal especializado.
Grok-2, la versión anterior del modelo, ya utilizaba 15.000 GPU H100, lo que lo posicionaba entre los más potentes. Ahora, con Colossus, Grok-3 promete ser hasta siete veces más poderoso, un avance que Musk espera ver materializado hacia diciembre de este año.
El principal problema que acarrea es que precisa muchísima energía, alrededor de 150 megavatios, lo que alcanzaría para alimentar una pequeña ciudad. El superordenador, además, demanda un millón de galones de agua por día para su enfriamiento, lo que implica también un riesgo ambiental.