“La policía me salvó la vida investigando la computadora del señor P”, explicó Gisele Pelicot en su primera audiencia. Me di cuenta de que mi marido organizaba a quienes me violaban, gracias a una intervención que hicieron a los dispositivos electrónicos de él y donde hallaron más de 2.000 fotos y videos.
En ese momento, tuve ganas de desaparecer, porque sabía que tenía que contarle a mis hijos que su padre estaba bajo custodia policial”.
Gisele Pelicot declaró ante un tribunal en Aviñón, Francia, en un macrojuicio donde se investiga a más de cincuenta hombres acusados de violarla en múltiples ocasiones mientras ella permanecía inconsciente. Durante años, su exmarido, Dominique Pelicot, la drogaba y facilitaba que hombres la agredieran sexualmente, la mayoría de ellos reclutados en Internet.
Pelicot, desde el principio, ha acudido a tribunales con la cara descubierta. Según las palabras de la víctima, el juicio sería público para que este caso “sirva a una causa más grande y que ninguna mujer vuelva a sufrir una sumisión química”.
Durante casi cuatro horas, se enfrentó a sus agresores, al tribunal y al público, rebobinando de un tirón 50 años de relación. Pelicot, según los medios que pudieron acceder al juicio, rememoró su infancia, marcada por la lucha contra la muerte de su madre cuando tenía nueve años. Destacó que su padre, boxeador, no se rindió, y ella tampoco.
“Estoy inerte, en mi cama, y me están violando. Son escenas de barbarie. Mi mundo se está derrumbando, todo se está derrumbando, todo lo que he construido en cincuenta años. Francamente, para mí son escenas de terror”, describió Pelicot al tribunal en declaraciones recogidas por medios los franceses.
Pélicot recuerda cómo Dominique le tomaba fotos íntimas sin su consentimiento, en momentos como después de una ducha o en la piscina. Aunque sabía que esto la incomodaba, desconocía la magnitud de las imágenes recopiladas. Tras la separación, se descubrieron miles de archivos en el equipo informático de su exmarido.
A pesar de encontrarse en medio del proceso para su separación, Pelicot afirmó que “hasta el final de este proceso, soy Madame Pélicot, por solidaridad con mis hijos que llevan este nombre”. La mujer, de 71 años, aseguró que intenta reconstruirse “como puede”.