Cuba enfrenta graves problemas de suministro eléctrico, con apagones que alcanzan hasta 12 horas diarias debido a fallos en las unidades generadoras, alta demanda, y escasez de combustible y piezas de repuesto.
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) reconoce que la situación ha sido especialmente tensa en agosto, y atribuye los problemas a roturas y una planificación insuficiente en el mantenimiento de las centrales termoeléctricas.
Como solución, el gobierno cubano está apostando por una transición hacia las energías renovables y un mantenimiento más riguroso de sus instalaciones eléctricas.
Se proyecta agregar 2.000 megavatios (MW) al mix energético nacional para 2028 mediante la instalación de 92 nuevos parques solares fotovoltaicos. En el corto plazo, se busca recuperar la generación distribuida y aumentar la producción de gas.
El deterioro del sistema eléctrico está afectando severamente a la economía cubana, que sufrió una contracción del 1,9% en 2023, y está exacerbando el descontento social.
La transición hacia fuentes renovables y mejoras en el mantenimiento de las centrales son vistas como pasos cruciales para superar la crisis energética y económica del país.