Cualquier muerte es desagradable, pero aquella que se produce en circunstancias de esparcimiento y diversión nos produce, también, una rara e inexplicable sensación de paradoja, de choque de emociones.
El velero Bayesian, de bandera británica, estaba fondeado frente al puerto de Porticello, en la isla de Sicilia, Italia. De repente, lo que había sido una fiesta hasta hacía unas horas se tornó tragedia al levantarse un tornado que rompió el mástil principal y originó la vuelta y hundimiento de la embarcación. Eran las 5.00 de la mañana del lunes.
El velero era de un grupo de turistas que habían elegido Sicilia para pasar sus vacaciones y los supervivientes son en su mayoría ciudadanos británicos, pero también hay un neocelandés, un irlandés y otro de Sri Lanka.
Siete tripulantes han desaparecido. El cuerpo de uno de ellos, aparentemente, el cocinero, nacido en la isla de Antigua, fue localizado por los buzos del Cuerpo de Bomberos en el interior del casco a 49 metros de profundidad, mientras que se busca a los otros seis turistas -de nacionalidad estadounidense y británica- que, al parecer, quedaron atrapados en los camarotes.
La Guardia Costera en Italia confirmó que el velero de unos 50 metros de eslora llevaba a 22 personas a bordo, 10 tripulantes y 12 pasajeros, y pudo rescatar a 15 de ellos. Los primeros náufragos, rescatados por un barco presente en las inmediaciones, fueron llevados a tierra.
Entre los 15 sobrevivientes está una madre con su hija de un año, quienes fueron trasladadas al Hospital Infantil de Palermo para controles, mientras que el padre fue internado en otro hospital de la capital siciliana y otros cinco pasajeros fueron atendidos en un ambulatorio.
La madre de la niña, de la que han comunicado solo que se llama Charlotte, explicó a los médicos que las atendieron, que, en un momento en el que dormía, la embarcación volcó y se encontraron en el agua y que, durante algunos segundos, perdió a la niña en el mar, pero luego inmediatamente la pudo recuperar.
Señaló que se escuchaba a la gente gritar y que se salvaron porque llegó casi inmediatamente un bote salvavidas lanzado por otro barco que estaba cerca.
«La bebé está bien y la madre sólo tiene abrasiones y una herida que necesitaba ser suturada «, dijo Domenico Cipolla, director de admisión pediátrica y de urgencias y cirugía del hospital «Di Cristina» de Palermo.
«Ayer por la tarde vimos este barco en el puerto. Llegó antes del anochecer desde el oeste, desde Palermo, y atracó a unos 300 metros de la entrada del puerto deportivo», contó a los medios italianos Giovanni Lo Coco, uno de los pescadores de Porticello, un pueblo costero de la provincia de Palermo.
Fuente: France Press