Desde el primero de enero hasta el 13 de agosto, se contabilizaron 37.835 fuegos en la Amazonia brasileña, lo que representa 111 % más que en el mismo período de 2023 (17.912), según datos satelitales disponibles el miércoles.
Desde que estos datos comenzaron a ser compilados en 1998 por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), la mayor selva tropical del mundo sufrió más incendios en el mismo periodo solo en 2005 (58.475), 2004 (54.589) y 2003 (42.003).
El humo alcanza Manaos, capital del estado Amazonas, con más de dos millones de habitantes, que el año pasado ya vivió un periodo negro, sumido en una nube tóxica durante varios días.
Por ello, el instituto de investigaciones Fiocruz Amazonia alertó sobre la necesidad de usar mascarillas con filtro especial, sobre todo a personas con comorbilidades o dolencias respiratorias.
«Lo que más preocupa este año en relación con los anteriores es que no se sabe con certeza si lo que está sucediendo es una anticipación del período crítico o si, este año, tendremos un período más largo de exposición al humo tóxico, ya que el pico de contaminación en 2023 fue en octubre», dijo el epidemiólogo de Fiocruz Amazonia Jesem Orellana, citado en un comunicado.
La Amazonia sufrió entre junio y noviembre del año pasado una sequía histórica, y este año expertos han advertido que tiende a ser más severa.
La temporada seca propicia el incremento de incendios forestales, una tragedia ambiental que también golpea actualmente el Pantanal, el mayor humedal tropical del mundo ubicado al sur de la Amazonia. Científicos vinculan estos y otros fenómenos extremos con el calentamiento global.
Fuente: AFP