El presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su principal rival en las presidenciales del domingo, el opositor Edmundo González Urrutia, cierran este jueves sus campañas en medio de advertencias del mandatario sobre un «baño de sangre» o una insurrección militar si es derrotado.
Maduro, de 61 años, tiene previsto «tomar» Caracas «de punta a punta», con una marcha que comenzará en la mañana en importantes barriadas de la capital y acabará en la emblemática avenida Bolívar, en el centro. Antes, tiene previsto un acto en la petrolera Maracaibo (oeste), muy golpeada por la crisis.
González Urrutia pondrá igualmente broche final a su campaña con una concentración en Las Mercedes, un barrio acomodado en el sureste de Caracas. El diplomático de 74 años estará acompañado, como es habitual, por la exdiputada María Corina Machado, quien originalmente era la candidata de la alianza opositora Plataforma Unitaria, pero su postulación fue vetada por una inhabilitación administrativa.
«Acá el único presidente que garantiza la paz y la tranquilidad se llama Nicolás Maduro Moros, hijo de (Hugo) Chávez», dijo el miércoles el gobernante, apelando a su condición de «heredero» del fallecido líder socialista, cuando las encuestas le dan la espalda en su búsqueda de un tercer período que lo proyectaría a 18 años en el poder.
Maduro, quien se jacta de haber llegado a más de 250 ciudades durante su gira electoral, intenta proyectar una imagen de fuerza en sus presentaciones. Las acompaña de una avalancha de propaganda en medios tradicionales como la TV, la radio y las redes sociales, en las que se presenta como un «gallo pinto», de los que se usan en las sangrientas peleas de gallos, y tilda de «débil» a González Urrutia.