Robots asesinos autónomos: avances y riesgos de la Inteligencia Artificial en Ucrania

Vyriy es una de las empresas ucranianas que trabajan para dar un gran paso adelante en la militarización de la tecnología, motivada por la guerra con Rusia. La presión para superar al enemigo, junto con enormes flujos de inversión, donaciones y contratos gubernamentales, ha convertido a Ucrania en un Silicon Valley de drones autónomos y otros armamentos.

Los drones se han convertido en un arma letal, silenciosa, relativamente económica y, por qué no decirlo, riesgosa. Las empresas están creando una tecnología que vuelve cada vez más tangencial el juicio humano en torno a los objetivos y los ataques. La disponibilidad generalizada de aparatos comerciales, software fácil de diseñar, algoritmos potentes de automatización y microchips especializados de inteligencia artificial ha sido el impulso de una carrera letal de innovación hacia territorios desconocidos, la cual ha avivado una posible nueva era de robots asesinos.

Las versiones más avanzadas de la tecnología que permite la autonomía de los drones y otras máquinas han sido posibles gracias a la Inteligencia Artificial, que utiliza grandes cantidades de datos para identificar patrones y tomar decisiones. Los modelos pueden interpretar y responder en tiempo real a imágenes de video y cámaras. Esto significa que el software que alguna vez ayudó a un dron a seguir a un surfista sobre nieve por una montaña ahora puede convertirse en una herramienta letal.

En más de una decena de entrevistas con emprendedores, ingenieros y unidades militares de Ucrania, surgió la imagen de un futuro cercano en el que pudiéramos ver enjambres de drones autoguiados que coordinen ataques y metralletas con visión por computadora que abatan a soldados automáticamente.

Muchas de estas armas se construyen con códigos encontrados en línea y componentes que pueden comprarse en Best Buy y una ferretería. Algunos funcionarios estadounidenses afirmaron que les preocupaba que estas capacidades pudieran utilizarse pronto para llevar a cabo atentados terroristas.

Para Ucrania, estas tecnologías podrían darle una ventaja contra Rusia, un país que también está desarrollando dispositivos asesinos autónomos.

Los sistemas complican más un debate internacional sobre las repercusiones éticas y legales de la Inteligencia Artificial en el campo de batalla. Agrupaciones de derechos humanos y funcionarios de Naciones Unidas quieren limitar el uso de armas autónomas por temor a que puedan desencadenar una nueva carrera armamentística mundial que podría salirse de control.

Fuente: New York Times

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