Es una gran fruta o fruto. Los plátanos, además de deliciosos, contienen antioxidantes, como la vitamina C, y flavonoides, que reducen el estrés oxidativo y protegen las células. Un estudio de 2022 en la Journal of Functional Foods indicó que estos antioxidantes pueden disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Además, son una fuente natural de carbohidratos, incluyendo glucosa, fructosa y sacarosa, que proporcionan energía rápida y sostenida.
El plátano es una de las pocas frutas que se conserva mejor fuera del refrigerador. Debido a que su temperatura de conservación ideal es de 14 grados, con la llegada del verano y de las consecuentes olas de calor, su método de conservación cambia: lo mejor, entonces, es mantenerlos en la nevera, heladera, frigorífico o refrigerador, como se denomine en tu zona.
No obstante, la exposición al frío artificial acelera el proceso de maduración del plátano. Esto se debe a que la piel de esta fruta reacciona rápidamente a las bajas temperaturas, generando una sustancia que hace madurar a los plátanos a gran velocidad y provoca su posterior oscurecimiento.
Hay algunas formas de evitar que esto se produzca: no separes los plátanos del racimo y, si lo haces o los compras sueltos, envuelve las puntas con film transparente o papel de aluminio, evitando así la entrada de aire y ralentizando la maduración; o envuélvelos en papel de periódico o en papel de cocina mojado antes de introducirlos en el refrigerador, colocándolos en la zona destinada a frutas y verduras; o, la opción más sencilla, colócalos en una bolsa hermética con medio limón y guárdarlos en frío, lo que prolongará su buen estado durante varios días.