En un contexto en que las empresas vuelven a estar en el centro de la escena, las pymes argentinas son un actor más dentro de ese ecosistema que se pregunta cómo atraer y fidelizar el talento, y poder, así, generar valor.
“Las pymes necesitan talento para aumentar sus niveles de competitividad, especialmente en un momento como el actual, de desregulación, donde pareciera que la pelota vuelve a la empresa”, señaló Pablo Orcinoli, especialista en comunicación y branding, autor de Desconectados y director Prolugus, en el capítulo 11 de Mujeres Líderes organizado por LA NACION.
“El autor italiano Enzo Traverso plantea que, quien domine la cultura, domina el presente. Yo planteo que la cultura, en el mercado del talento, está dominada por las grandes empresas con narrativas un poco exageradas”, agregó Orcinoli y explicó que existen ciertas tensiones entre lo que se conoce como la promesa de marca y lo que efectivamente ocurre en el mercado laboral.
En ese sentido, el experto se pregunta qué partido pueden jugar las pymes en este contexto; en otras palabras, cuál es su propuesta de valor y cómo se podrían diferenciar de las grandes compañías que hoy llevan la delantera.
¿Cómo podrían tener las pymes una voz protagónica?
En primer lugar, el autor de Desconectados señala que las pymes y los talentos son dos mundos que se conocen poco, pero se necesitan: el talento precisa de las pymes como posibles lugares de empleo y las pymes necesitan del talento para aumentar sus niveles de competitividad. Orcinoli citó un sondeo que se realizó entre jóvenes profesionales y en el que los resultados mostraron que el 99% del talento conoce entre poco y nada a las pymes.
“Las mira de reojo, no sabe cuáles son sus proyecciones y las ve con debilidad en el mercado. Del otro lado del mostrador, las pymes desconocen cuáles son las expectativas del talento, qué aspiraciones tienen y qué valoran”, explicó Orcinoli. Señaló que las pymes que hoy tienen convenio con universidades no llegan al 10%, cuando el vínculo con estas instituciones es esencial a la hora de reclutar talento. Esto cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que “las pymes componen aproximadamente entre el 95 y el 97% de las empresas en el país”.
En segundo lugar, señaló que el talento no está dentro de la agenda del empresario pyme, sino más bien en los asuntos de coyuntura, cotidianos y los temas estratégicos. “Reconoce que el talento es un asunto estratégico que afecta la competitividad de las organizaciones y, al mismo tiempo, saben que esos factores no están institucionalizados. Pero hay un dato muy llamativo: más del 90% de las pymes creen que tienen argumentos internos para atraer talento”, explicó Orcinoli y señaló que hay, por tanto, un ADN que podría volver a las empresas pymes más elegibles, pero aún no está capitalizado.
En tercer lugar, aludió a que se habla mucho de que las grandes empresas dominan el mercado, ya que disponen de mayores presupuestos, tiempo y estructura; también tienen una cultura ya desarrollada interiormente para atraer talento y, sobre todo, tienen una propuesta de valor desarrollada con foco en la calidad de vida laboral. “Ocurre, de todos modos, que hay fuertes tensiones entre aquello que se conoce como la promesa de marca y lo que efectivamente termina siendo la experiencia del empleado, que es lo que termina siendo relevante a la hora de posicionarse como lugares elegibles de empleo”, explicó Orcinoli y citó un dato para ejemplificar: el 91% de los empleados en la Argentina sostiene que experimentó el síndrome de burnout. En ese contexto, el especialista pone sobre la mesa un desafío esencial: “Hay que pensar de qué manera las pymes podrían capitalizar estas tensiones existentes en el mercado, para ofrecer una voz alternativa”.
Orcinoli también señaló que se habla de que las pymes no son para todos. “Yo les diría que las multinacionales tampoco son para todos. Es muy posible que alguien que comienza su carrera en una gran empresa, en algún momento busque ver la foto completa y conocer el impacto de su aporte a nivel laboral y viceversa: alguien que comienza trabajando en una pyme, tome la decisión de dejar el multitasking y busque especializarse, objetivo para el cual una empresa grande es un buen lugar”, apuntó el especialista.
Por último, señaló ciertos lugares en los que las pymes tienen una oportunidad; explicó que el talento valora los temas vinculados al salario, los planes de desarrollo, pero señaló que las pymes también tienen argumentos que pueden funcionar como contrapeso y que también atraerían. En ese sentido, detalló cinco focos de oportunidad: la agilidad con la que cuentan, el impacto que generan y la posibilidad de verlo plasmado, la personalización y cercanía que las caracteriza, ya que son lugares de puertas abiertas, donde el vínculo con los dueños es más horizontal. También remarcó el reconocimiento de la individualidad que hay en esos espacios y el poder que se tiene de influir en la toma de decisiones.
“Lo que no se comunica no existe. Y hoy el talento ha comprado una suerte de narrativa, desde mi punto de vista, discutible, y las pymes tienen la necesidad imperiosa de patear el tablero y mostrarse, para convertirse en lugares elegibles de empleo”, concluyó Orcinoli.
Fuente: La Nación