En 2024, la República Dominicana recibió 4,523 millones de dólares en inversión extranjera directa (IED), de acuerdo con datos de la Cepal y el Banco Central de la República Dominicana. Sin embargo, no todo ese monto corresponde a capital fresco que ingresa al país. La IED se compone de tres partes: aportes de capital, reinversión de utilidades y préstamos entre empresas.
Al desglosar los datos, se observa que el 37 % correspondió a reinversión de utilidades, es decir, beneficios retenidos por empresas extranjeras que ya operan en el país. Mientras tanto, los aportes de capital —que reflejan la llegada de nuevos inversionistas o ampliaciones de operaciones— representaron cerca del 60 %. Los préstamos entre empresas completaron la diferencia.
Esto implica que una parte importante de la IED registrada no representa nuevas divisas que ingresan a la economía. En el caso concreto de la reinversión, se trata de asientos contables que, aunque reflejan la decisión de compañías extranjeras de mantener sus ganancias en las operaciones en el país, no representan una entrada externa de divisas.

A pesar de los avances, la República Dominicana todavía capta un porcentaje reducido de la IED que llega a América Latina (2.4 %). Para atraer mayores montos y lograr un cambio significativo, es fundamental consolidar un entorno más favorable para hacer negocios.
Ello requiere reformas que reduzcan los costos de operar en el país y establezcan reglas claras. Áreas clave son la simplificación tributaria, un mercado laboral más flexible, menores costos energéticos, menos burocracia y una justicia más ágil en la resolución de conflictos.
Solo fortaleciendo estas bases podrá el país atraer más capital nuevo, potenciar la productividad y mejorar el bienestar de los dominicanos.
Fuente: Diario Libre y Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).