Logística 4.0: las exigentes reglas de la nueva apertura

En la actual coyuntura del comercio internacional, la eficiencia logística y su infraestructura se convirtió en uno de los pilares para la competitividad. Sin embargo, la Argentina enfrenta desafíos estructurales que limitan su potencial exportador y la mantienen como un jugador secundario, representando apenas el 0,3% del comercio internacional. La nueva era logística puede aportar una cadena de suministro más eficiente, flexible, transparente y resiliente, capaz de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y a las exigencias de los clientes.

Mientras tanto, la obsolescencia de la infraestructura de transporte, desde puertos que no pueden recibir buques modernos de mayor porte hasta la dependencia del costoso transporte por camión para largas distancias, genera un sobrecosto que afecta directamente la competitividad de sus productos en los mercados globales. A esto se suman trabas normativas y financieras que distorsionan el mercado aunque tímidamente empiezan a desandarse.

El panorama logístico actual vinculado al comercio exterior presenta una dinámica muy diferente a la de 2024. Las importaciones muestran un crecimiento cercano al 50 por ciento, impulsadas por los sectores automotriz, electrónico y retail y en exportaciones, la demanda de servicios logísticos está liderada por las industrias de energía y minería, que se consolidan como motores de la actividad. Este crecimiento demanda mayor capacidad operativa, infraestructura moderna y soluciones logísticas integrales que aseguren eficiencia, trazabilidad y cumplimiento normativo en tiempos competitivos.

Inversiones y exigencias

Para Roberto Triay Cuestas, gerente Comercial de Exolgan & Cargo Solutions del Grupo ITL, «la apertura comercial elevó las expectativas y exigencias de los clientes, que ya no solo evalúan el factor precio, sino que priorizan la eficiencia, la confiabilidad y la automatización de procesos. La competitividad hoy se mide tanto en costos como en la capacidad de ofrecer soluciones logísticas ágiles, seguras y tecnológicamente avanzadas». Exolgan es la principal terminal de contenedores de la Argentina, líder en volumen operado, tecnología y con más de 1200 puestos directos.

Actualmente, ejecuta un plan de inversión de u$s 200 millones para transformar la terminal al top de la región, incluyendo un nuevo muelle con capacidad para buques de 14.000 Teus. «La presencia de nuevos jugadores internacionales impulsa estándares más altos de calidad y eficiencia, y motiva a los actores locales a invertir en innovación y mejora continua para mantenerse competitivos», agregó el directivo del grupo que en el área logística opera a través Exologistica, uno de los principales operadores 3PL y de e-commerce con 250.000 m² de depósitos en la región.

Transición

La digitalización y la automatización de procesos, el crecimiento del comercio electrónico y la relevancia de la sustentabilidad en la cadena logística son hoy factores estratégicos para aumentar la eficiencia de los servicios logísticos, tanto portuarios como terrestres. Ante ese presente de transformación se impone un ambiente muy distinto al que hay que adaptarse.

Como respuesta a esa transición, Andreani pasó de ser una empresa logística a convertirse en una plataforma de soluciones logísticas integrales. Maximiliano Ganin, director de Negocios Crossborder de la compañía, explicó que «la apertura comercial y el auge del e-commerce obligan a ser más que un simple distribuidor, por eso creamos AndreaniGlobAllPack. A través de este servicio, ofrecemos una solución que cubre todo el proceso, tanto de importación como de exportación».

Con GlobAllPack ya gestiona más de 300.000 envíos mensuales en logística crossborder, pero Andreani avanzó en la digitalización y automatización de procesos que le permiten procesar hasta 928.000 envíos por día. «Instalamos dos sistemas automatizados de clasificación de paquetería en nuestras plantas de Pacheco y Avellaneda, y Córdoba en los últimos dos años se consolidó como un nodo estratégico para el flujo Interior-Interior» agregó Ganin al destacar las prácticas y estándares de calidad logística que se trabajan desde Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol).

Las inversiones que están llevando adelante las empresas brindan mayor eficiencia, flexibilidad y capacidad de respuesta frente a las crecientes demandas del e-commerce, el comercio nacional y el crossborder. Pero más allá de las tendencias, la Argentina fue un país muy cambiante donde dependiendo de las políticas económicas de turno había que adaptarse a los cambios, aunque en esta oportunidad el giro fue vertiginoso: una desregulación para las importaciones, un tipo de cambio corriendo a una velocidad menor a la inflación y una falta de competitividad para las exportaciones hizo que rápidamente las importaciones crezcan y las exportaciones bajen o se mantengan.

Finanzas

Ante ese nuevo escenario, Carlos Marazzi, presidente de Yusen Logistics Argentina, explicó que el sector viene de momentos en donde «las prioridades corrían detrás de aspectos cambiarios o mitigación de contingencias, donde el Just in Time se había transformado en un Just in Case. Hoy la situación es distinta, los dadores de carga están nuevamente trabajando en los costos, las inmovilizaciones de stock y el aspecto financiero que esto implica. Son aspectos que obligan a pensar por afuera de la caja y buscar opciones en un país que está muy lejos del mundo».

El clima de negocios también se reconfigura. «Por un lado los jugadores internacionales relacionados al comercio exterior vienen muy golpeados por un periodo donde no poder girar dividendos, royalties e incluso fletes generó un daño difícil de revertir», señaló Marazzi, aunque el país y la región siguen siendo «lugares muy atractivos por su gran potencial ante un mundo muy estable en cuanto a crecimiento, lo que anticipa años de transición para ver la llegada de cada vez más jugadores internacionales apostando al crecimiento».

El arribo de nuevos capitales serán muy necesarios ante lo mucho por hacer, principalmente en infraestructura que atraviesa la competitividad de todos los sectores de la economía. En cuanto a puertos, los principales socios como Uruguay y Brasil están invirtiendo en infraestructura a largo plazo para recibir buques cada vez más grandes que buscan eficiencia y sustentabilidad. El ferrocarril viene de una desinversión de más de 70 años, pero es el medio ideal para las dimensiones de la Argentina, mientras que la carga por carretera tiene mucho por mejorar para ser competitiva.

Reglas claras

Fabián Yannone, presidente en Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog), destacó que más allá de las dificultades de la coyuntura, «la apertura de los mercados requiere que las reglas de juego sen parejas y claras para todos», a partir de lo cual se puede trabajar en los problemas que hacen al costo logístico para ganar en competitividad. «Todo el ecosistema va a crecer en particular con el desarrollo de la matriz de energía y minería y el fortalecimiento del agro, sectores que obligan a buscar soluciones a través de la recuperación del ferrocarril como herramienta clave».

«Se requiere una decisión política sin la cual no llega la inversión privada -aseguró Yannone. Si el Estado decidiera encarar un proyecto ferroviario sólido para el transporte de cargas, sería enorme la cantidad de dinero que se va a ahorrar en accidentes, infraestructura vial, peajes, controles de las rutas y hacer más competitivo al comercio exterior. Mientras tanto, el tránsito de camiones es terrible en condiciones de mucha falta de infraestructura en rutas y en vías para la navegación».

Así, el sector logístico vinculado al comercio exterior en Argentina tiene un largo momento de transición por delante con un arrastre de años de alta complejidad operativa, con restricciones cambiarias, costos logísticos elevados y trabas burocráticas que afectaban la competitividad.

Desde esa mirada, Gabriel García Polignano, director Ejecutivo de Celsur, consideró como uno de los gigantes del sector que «el gran desafío es lograr competitividad sistémica. No se trata solo de optimizar la logística, sino de reducir costos en toda la cadena de valor, agilizar la infraestructura portuaria y aduanera, y generar estabilidad macroeconómica. La volatilidad y la falta de integración multimodal siguen siendo cuellos de botella que encarecen la operación y resolverlos requiere trabajo conjunto entre sector privado, gobierno e instituciones».

La apertura comercial, aunque incipiente, obliga a toda la cadena logística a elevar estándares. «Esto se traduce en procesos más ágiles, tarifas más competitivas, cumplimiento normativo más estricto y un servicio cada vez más integrado. Las empresas importadoras y exportadoras buscan operadores capaces de ofrecer soluciones end-to-end, con visibilidad total de la carga y flexibilidad para adaptarse a cambios de mercado. El que no logre eficiencia y valor agregado quedará rápidamente fuera de juego», sentenció Polignano.

La incipiente desregulación y simplificación de trámites también están aportando a un nuevo panorama. Hay avances en digitalización de procesos y reducción de documentación física, lo que reduce tiempos y costos. Sin embargo, el sector todavía percibe procedimientos redundantes y una multiplicidad de organismos que intervienen en el comercio exterior, a lo cual se anticipa que la simplificación real vendrá de la mano de una interoperabilidad total entre sistemas públicos y privados, y de un marco normativo estable que permita planificar a largo plazo.

Viejas leyes y nuevos mercados

Para Alejandro Jasiukiewicz, CEO de DHL Express en la Argentina, «son necesarias normativas más simples y lógicas para el comercio exterior. Hoy tenemos regulaciones viejas que generan costos altos, difíciles de medir, pero muy altos. Hubo avances con desregulaciones recientes, pero aún falta camino». En similar sentido, explicó que existe una correlación directa entre economías más abiertas y las que más crecen: «Las economías cerradas, con más restricciones y proteccionismo, en general son las que menos crecen o directamente no crecen. Cualquier empresa puede producir localmente, pero si concentra toda la producción en un solo país no va a tener el producto más económico ni competitivo».

A los tradicionales destinos de exportación de la Argentina que son los Estados Unidos, Europa y América latina, Jasiukiewicz señaló que con la modalidad de courier, que permite cargas de hasta tres toneladas e importaciones medianas de 300 o 1000 kilos «se empezaron a ver nuevos mercados y surgieron países como Australia o Israel, que antes no figuraban entre los habituales. Los marketplaces y las páginas web hacen que ciertos productos argentinos lleguen a lugares poco comunes hasta hace unos años».

A nivel local el fenómeno disruptivo se dio a partir de que en mayo, el Gobierno sacó «el último escollo» para liberar las compras en el exterior y el ingreso de paquetes a Ezeiza se disparó y comenzó a generar que muchos importadores migren al courier. Frente a la facilitación Lucas Bianchi, director de Interborders, explicó que «este fenómeno ha llevado a una reconfiguración del panorama logístico en el país: las empresas de courier experimentaron un aumento significativo en la demanda de sus servicios, y compañías locales ampliaron sus operaciones en este segmento».

Hora de la tecnología

Ante este escenario, según Bianchi, la flexibilización del régimen puerta a puerta ha cambiado el panorama logístico en Argentina, pero «no ha eliminado la relevancia de los freight forwarders» que actúan como intermediarios. «Por el contrario, ha resaltado la necesidad de adaptación y especialización en un mercado cada vez más dinámico y exigente», dijo y recomendó identificar las áreas donde se puede ofrecer un valor agregado único y en desarrollar servicios que respondan a las nuevas demandas del comercio internacional.

La tecnología es así un factor diferencial. Herramientas como trazabilidad en tiempo real, inteligencia artificial para pronosticar demanda, automatización de depósitos y digitalización de documentos están transformando la logística. En comercio exterior, esto se traduce en operaciones más rápidas, seguras y transparentes. Las principales empresas del sector vienen invirtiendo fuerte en soluciones de gestión de transporte y almacenes, en sistemas predictivos y en la integración digital con clientes y proveedores, para que la información fluya de punta a punta.

Ganadores y perdedores

La complejidad global se refleja en la perspectiva de las empresas de logística que coinciden en una caída de demanda de la logística nacional y una alta demanda en servicios de almacenaje o transporte internacional, más vinculado a las importaciones y en menor medida a las exportaciones. Ernesto Sanguinetti, socio de PASBBA y director de B-Conex, señaló que «las empresas vinculadas a la actividad de retail o de comercio mayorista o minorista, coinciden en general en una caída de volumen, pero sobre todo de margen, lo que involucra a cambios estructurales, del setup productivo, de la cadena de provisión o estrategias comerciales».

«Es probable que veamos ganadores y perdedores, vinculados al éxito y eficiencia en su capacidad de adaptación por escala, volumen, eficiencias productivas y mejores costos, nuevos canales de venta, etc. Esto genera que muchas industrias locales no pueden competir con los productos extranjeros, agravado esencialmente por los costos internos más altos vinculados a la estructura tributaria argentina, falta de infraestructura eficiente pero también a la ausencia de esquemas de financiamiento adecuados», agregó Sanguinetti.

A estos problemas de infraestructura y costos, la obligación de liquidar divisas en plazos forzados por el Estado impide a las empresas gestionar libremente sus recursos, generando costos financieros adicionales que se trasladan a los precios, encareciendo los servicios logísticos y restando aún más competitividad, a lo que se suma el atraso en los reintegros y la devolución del IVA, lo que se convierte en una carga financiera que cuestiona la capacidad para operar de manera eficiente en un entorno global cada vez más exigente.

Desafíos

Cristián Carafí, managing Director y socio de la consultora internacional BCG, destacó un conjunto de acciones posibles que los transportadores y proveedores enfrenten con éxito estos desafíos crecientes del comercio exterior al sector logístico. Esto abarca la oportunidad de «diseñar juntos nuevas estrategias de resiliencia, como hubs logísticos neutrales y estrategias multipuerto, iniciar pilotos de GenAI de bajo riesgo, como emparejamiento automatizado de transportadores y mejoras en atención al cliente hasta optimizar costos de forma colaborativa, con rutas compartidas y planificación inteligente».

«Si bien los transportadores y proveedores logísticos enfrentan desafíos similares, sus respuestas están desconectadas. Para que puedan sobrevivir y prosperar en un mundo en constante cambio, deben empezar a planificar de forma conjunta y dejar de actuar por separado», consideró Carafí al abordar las claves que están dando forma al nuevo paradigma logístico.

Fuente (menos subtítulos): Cronista y Expo Logística

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