Una nueva ola de calor recorre Europa. Con temperaturas por encima de los treinta grados y con máximas de hasta 44° C, el Viejo Continente se transformó en un horno que está afectando severamente el medio ambiente y las condiciones de vida para millones de personas.
En la localidad de Tarifa, ubicada en Cadiz, España, más de dos mil personas tuvieron que ser evacuadas debido a un feroz incendio que se originó en los bosques de eucaliptos y pinos.
Asimismo, en la región de Castilla y León, se reportaron 32 incendios forestales, de los cuales cinco fueron clasificados como una “amenaza directa” para las poblaciones aledañas. En vista de esto, alrededor de cuatro mil vecinos de León fueron reubicados por su seguridad, al igual que otras 600 personas que residen en Zamora.
Portugal también se vio afectado por la ola de calor. Al norte del país luso, desde hace varios los bomberos tratan infructuosamente de apagar tres incendios. “Nos estamos cocinando vivos, esto no puede continuar (…) Han sido diez días de una lucha durísima contra las llamas, 10 días en los que nuestra población está en pánico, sin saber cuándo el fuego llamará a su puerta”, declaró Alexandre Favela, alcalde de Vila Real en Portugal.

En Grecia y Turquía, se contabilizan decenas de incendios forestales que provocaron la evacuación de aldeas y centros turísticos. En Italia, el gobierno decretó una alerta por la ola de calor en dieciséis ciudades. Francia y Reino Unido superan los 40 grados.
A inicios de julio, Europa también había sufrido una fuertísima ola de calor. La recurrencia de estos eventos climáticos extremos es una expresión de la grave crisis ecológica que, en las últimas décadas, experimentó un salto en calidad e impacta a todo el planeta.

Fuente: IzquierdaWeb