Los productos que eran parte de los 50 contenedores que cayeron al mar frente a las costas de Lima, Perú, han sido comercializados a “precios cómodos”, mientras que la Marina del Perú ha advertido que sustraer objetos de estos cargamentos es un delito que puede acarrear sanciones penales.
El capitán de navío Amílcar Velásquez, jefe de la Capitanía del Puerto del Callao, informó que cinco de estos contenedores fueron abiertos y desvalijados tras encallar en balnearios como Ancón, Chancay y Ventanilla.
“Estos contenedores no son objetos abandonados. Tienen dueño, y quien saquea incurre en delito”, dijo el jefe de la Capitanía.
El oficial fue enfático al señalar que estos bienes no están abandonados y pertenecen a la empresa naviera Evergreen y a su aseguradora.
Ocho contenedores fueron remolcados por la Marina hacia un área segura en la bahía del Callao, donde se procedió a su extracción con maquinaria pesada.
Otros 17 contenedores fueron hundidos de manera controlada a unos 100 metros de profundidad, luego de determinar que no representan un peligro para la navegación ni para la seguridad humana.
La empresa responsable del cargamento, con apoyo de su aseguradora, realizó operativos de limpieza en las playas afectadas por la dispersión de mercancía.
En zonas como Ancón y Ventanilla ya se ha logrado retirar buena parte de los desechos generados por los contenedores saqueados.
De acuerdo con el manifiesto de carga, los contenedores transportaban electrodomésticos como lavadoras, refrigeradoras y secadoras, además de neumáticos y productos vinculados a la campaña navideña, como adornos y decoraciones.
Tras el incidente, vecinos y pescadores acudieron a las playas para recoger objetos que el oleaje arrastró hasta la costa. Muchos de estos productos —algunos aún con etiquetas de plataformas como Shein, Temu y AliExpress— han sido ofrecidos informalmente en calles y mercados a precios considerablemente bajos.
Velásquez reiteró que, conforme a la legislación marítima, cualquier objeto hallado en el mar debe ser entregado a las autoridades.
Fuente: El Universo