Recientemente la comisión investigadora del derrumbe del Jet Set publicó sus conclusiones sobre las causas del derrumbe de este centro nocturno. Como la mayoría de los dominicanos, estábamos ansiosos de saber cuáles serían los detalles técnicos identificados como posibles causantes del derrumbe.
Pero una vez leído el reporte, fue imposible no verlo desde el punto de vista de la aviación. Lo que más nos llamó la atención fue la falta de recomendaciones más allá de demoler la edificación.
Comparemos esto a las investigaciones de accidentes aéreos en todo el mundo. Este tipo de investigación está regulada por el anexo X de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Cada país crea la estructura que entiende mejor se acopla a las realidades de su sociedad; por ejemplo, en los Estados Unidos de América las investigaciones de accidentes aéreos son llevadas a cabo por el Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés), un órgano independiente que reporta directamente al Congreso de los EE. UU.
El consejo directivo de la NTSB está formado por un conjunto de profesionales de diferentes áreas, y su misión es la investigación de accidentes en todos los tipos de medios de transporte. Esta estructura ha sido copiada en la mayoría de los países desarrollados del mundo.
En el caso de la República Dominicana, contamos con la Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos (CIAA), adscrita a la Junta de Aviación Civil (JAC). La CIAA dominicana es dirigida por una sola persona, que, aunque cuenta con un equipo de asesores, es la única responsable de la decisión de publicación.
En el caso dominicano, la CIAA ha tenido solo un director en sus casi 20 años de historia, el Gral. Brig. Piloto Enmanuel Souffront, quien ha ostentado la misma posición desde 1996, antes de existir la estructura actual.
El pasado 16 de agosto, el presidente Abinader designó al Gral. Souffront como director del Cuerpo Especializado de Seguridad en la Aviación Civil (CESAC), también controlado por un anexo de la OACI, aunque lo mantuvo como director de la CIAA, en violación de las leyes dominicanas y las reglamentaciones de la OACI.
Pero más allá de la desviación de la norma con la doble designación del Gral. Souffront, una queja constante de la industria aérea dominicana ha sido su extrema lentitud en la conclusión de los reportes, así como la superficialidad de sus investigaciones.
Tal es el caso del accidente en 2021 del Gulfstream IV de la empresa Helidosa, que, a casi 5 años del inicio de la investigación, aún no cuenta con un informe final o con una lista de lecciones aprendidas. Y es ahí donde el reporte del Jet Set se ha quedado corto en nuestra opinión.
Investigaciones
Si la comisión investigadora del derrumbe del Jet Set hubiera seguido un modelo similar al de las investigaciones de accidentes aéreos (obviamente no el modelo dominicano), la sección del reporte dedicada a las lecciones aprendidas y a las recomendaciones fuera la más importante y extensa.
Es obvio para el público general que nuestro país debe pasar por un proceso de revisión de sus políticas estructurales de seguridad, y que se deben modernizar las regulaciones y los procesos de inspección de las edificaciones más antiguas.
Esta última parte es primordial para el legislador que busca modernizar las leyes y reglamentos en ese sentido, pues nos lleva a aplicar normativas internacionales en un contexto local y aplicado a nuestra cultura.
La constante revisión de los procesos y el análisis de los accidentes e incidentes es parte fundamental de la cultura de seguridad operacional moderna. Tanto la comisión de investigación del derrumbe del Jet Set como la CIAA deberían nutrirse de las buenas prácticas internacionales y presentarnos informes más proactivos.
En el caso de la aviación debemos revisar la estructura legal presente y llevarla a un sistema moderno, colegiado, en el que todo el poder de los detalles en los informes, así como su fecha de publicación, no recaiga en una sola persona.
En el caso de estas tragedias que tanto impactan a la sociedad, estos reportes deben ser escritos de forma que nos ayuden no solo a entender lo sucedido, sino también, y mucho más importante aún, a evitarlo.
Fuente: Francisco Díaz para Diario Libre