En los últimos años, República Dominicana se ha consolidado como un destino clave para la inversión extranjera directa (IED) en América Latina. Su crecimiento sostenido y una economía en constante expansión han captado el interés de capitales internacionales. En 2024, Europa se posicionó como el principal socio inversionista del país.
Según datos del Banco Central, los flujos de IED alcanzaron un récord histórico, superando los 4,523.2 millones de dólares. La Unión Europea tuvo una participación destacada, inyectando más de 1,520.3 millones de dólares en sectores estratégicos de la economía dominicana.
El protagonismo de España en el escenario inversor
Dentro del bloque europeo, España se ha destacado como el actor más relevante. En 2024, sus inversiones alcanzaron los 1,126.0 millones de dólares, consolidándola como el segundo mayor inversionista en la República Dominicana, solo superada por Estados Unidos (con 1,161.9 millones de dólares). Esta cifra no solo demuestra el compromiso financiero de España con la nación caribeña, sino que también indica una clara tendencia al alza.
El crecimiento de las inversiones españolas ha sido exponencial, pasando de 212.9 millones de dólares en 2021 a superar los mil millones en solo tres años. Este notable incremento refleja la confianza de las empresas españolas en el mercado dominicano y las atractivas oportunidades que ofrece en sectores clave como infraestructuras, energía renovable, turismo y telecomunicaciones.
La Unión Europea refuerza su presencia económica
El flujo de capital europeo no se limita a España. Otros países de la Unión Europea han incrementado su participación, reforzando los lazos comerciales y económicos con República Dominicana. La delegación de la UE en el país ha destacado que este incremento en las inversiones es resultado de la estabilidad macroeconómica, el crecimiento sostenido y el clima favorable para los negocios, elementos que han convertido al territorio dominicano en un imán para el capital extranjero.
Además, el dinamismo del sector privado europeo ha sido clave. Empresas de diversos rubros —desde manufactura hasta servicios financieros— han encontrado en República Dominicana un entorno propicio para expandir sus operaciones, aprovechando su ubicación geográfica estratégica y los acuerdos comerciales preferenciales que mantiene con múltiples mercados.
Recuperación y crecimiento sostenido de la IED
El análisis de los flujos de inversión extranjera directa en los últimos cinco años muestra una sólida recuperación tras el impacto de la pandemia. En 2019, la IED alcanzó los 3,021.0 millones de dólares, pero en 2020, debido a las restricciones globales, cayó a 2,559.6 millones de dólares. Sin embargo, la reactivación fue rápida:
En 2021, repuntó a 3,196.8 millones de dólares.
En 2022, escaló a 4,098.8 millones de dólares.
En 2023, cerró en 4,390.2 millones de dólares, culminando con el máximo histórico en 2024.
Este crecimiento del 49.7 % desde 2019 hasta 2024 demuestra la resiliencia de la economía dominicana y su capacidad para atraer capitales incluso en contextos globales adversos. A diferencia de otras economías de la región, la República Dominicana ha logrado mantener un ritmo de crecimiento superior al promedio latinoamericano, sustentado en políticas públicas orientadas a la apertura comercial y la diversificación productiva.
Factores clave detrás del atractivo inversor
La confianza internacional en la economía dominicana no es casualidad. Diversos factores han confluido para crear un entorno propicio para la inversión extranjera. La estabilidad política del país proporciona un marco seguro para las operaciones empresariales, mientras que el crecimiento económico sostenido ofrece un mercado en expansión y una base sólida para el retorno de la inversión.
Además, la República Dominicana presenta atractivas oportunidades en sectores estratégicos. El turismo sigue siendo una locomotora, con un flujo constante de visitantes y el desarrollo de nuevas infraestructuras hoteleras y de servicios. El sector de la energía, particularmente las energías renovables, ha ganado un impulso considerable, atrayendo inversiones en proyectos que buscan diversificar la matriz energética del país. Las telecomunicaciones también representan un campo fértil para la inversión, con una demanda creciente de conectividad y servicios digitales.
Este conjunto de factores, sumado a un entorno favorable para las empresas europeas y españolas que buscan expandir sus horizontes en América Latina, consolida a la República Dominicana como un destino de inversión clave. El país no solo ofrece un mercado en crecimiento, sino también la seguridad y las oportunidades necesarias para que el capital extranjero prospere y contribuya al desarrollo mutuo.
Oportunidades futuras
A pesar del panorama positivo, República Dominicana enfrenta desafíos para sostener este ritmo de inversión. La burocracia, la necesidad de mayor transparencia en licitaciones públicas y la mejora en la calidad educativa para cubrir la demanda de talento especializado son aspectos que requieren atención.
No obstante, las perspectivas siguen siendo favorables. Sectores como el turismo médico, la logística regional y la transición energética ofrecen oportunidades inexploradas para nuevos capitales. Además, el gobierno ha anunciado planes para impulsar la innovación y la digitalización, lo que podría atraer a empresas tecnológicas globales.
Fuente: Mercado