El pasado viernes 4 de abril, Carolina Desiree Pérez Flores cumplió 33 años y había pedido un solo regalo: ver en vivo a su artista favorito, Rubby Pérez, quien, enterado de su devoción, le dedicó una felicitación por su nombre y apellido en redes sociales.
Era un gesto que Carolina recibió con el corazón abierto; después de todo lo que había vivido, merecía una noche de alegría. Y es que cinco meses atrás, en octubre, la joven había escapado de una tragedia: un accidente de tránsito cobró la vida de su esposo en la autopista 6 de Noviembre cuando él perdió el control del vehículo.
El impacto fue fatal: su pareja murió en el acto y ella sobrevivió milagrosamente. Pasó semanas ingresada, regresó al trabajo en el Banco BHD y retomó poco a poco su vida con dos hijos a su cargo, y un cuerpo que todavía recordaba el golpe.
Pero la vida, o el destino, le tenía preparada otra sacudida. La noche del lunes asistió al concierto de Rubby Pérez en la icónica discoteca Jet Set, acompañada de una amiga y un amigo. Era su primera salida social tras la pérdida de su esposo. Quería cantar, bailar, sentir que podía volver a vivir.
Pero la alegría duró poco, cuando a mitad del espectáculo, ya en la madrugada de este martes, parte del techo del local colapsó de forma repentina, aplastando a decenas de personas que disfrutaban de la música.
Lo que era una fiesta, se convirtió en una escena de horror, de gritos, polvo, confusión, cuerpos atrapados: Y Carolina fue una de las víctimas mortales.
Carolina Pérez era egresada de Comunicación Social de la Universidad O&M, madre dedicada y empleada responsable. Su nombre y fotografía encabezan muchas historias en las redes sociales de muchas personas que lloran su partida.
Fuente: De Último Minuto