Por Néstor Saavedra
Desde hace varios años, y mucho más desde la cuarentena impuesta por la pandemia de covid-19 en 2020, las compras por internet han alcanzado niveles nunca antes imaginados. Pero, más que una moda de la modernidad, semejante aceptación se debe a que cuentan con notables ventajas, como, por ejemplo:
Las tiendas online y los couriers que realizan envíos a domicilio no exigen que te traslades a determinado lugar: solo alcanza con tener internet y un buen dispositivo móvil o PC. Esto ahorra las molestias que genera el clima (no importa que llueva o que haga calor), la modalidad de traslado (no hay que pagar ni esperar un bus, el metro, un carro de alquiler, y ni siquiera gastar gasolina o parqueo) y el gasto de tiempo en llegar a destino.
Años atrás a nadie se le hubiera ocurrido que podría comprar ropa, tecnología, cosmética o libros, desde su carro, o durante las vacaciones, o en un paréntesis en el trabajo.
El stock que tiene una tienda online es muchísimo más grande que el de cualquier hiper o supermercado. Simplemente porque en un sitio de internet se pueden alojan miles de productos que no cabrían en el más enorme de los espacios físicos. Por lo tanto hay muchas más probabilidades de encontrar un producto buscado que en una tienda tradicional.
Las características de la mercancía son mucho más accesibles en una tienda online. ¿Por qué? Porque los mejores e-commerces tienen un amplio desarrollo descriptivo: tamaño, color, peso, funciones, garantía, etc. Convengamos también que es más sencillo lerlo desde la cómoda ubicación en que nos encontremos que mirando con una lupa lo que está escrito en la etiqueta o el dorso de un objeto físico en una góndola o mostrador. Incluso, las tiendas online permiten hacer comparaciones entre distintas marcas o productos, incluyendo sus precios.
Hace muchos años, las tiendas online presentaban algunas dificultades para comprar, especialmente para una generación que no se había acostumbrado a su uso. Hoy ya no sucede eso, pues ingenieros especializados han trabajado profundamente sobre lo que se conoce como aspecto intuitivo, es decir que la operación de compra sea muy sencilla. Con pocos pasos, con indicaciones muy precisas, cualquier persona puede adquirir lo que quiera a distancia.
Además, el pago de las compras online es muy seguro, ya que las entidades financieras ponen cada vez más medios a disposición y, siguiendo sus consejos más las recomendaciones de tiendas y couriers, se abona con absoluta seguridad.
El envío también es un tema más que resuelto: los paquetes llegan en buen estado, en el tiempo indicado por la empresa de transporte y a domicilio. Incluso algunos couriers, como MiaCargo, cuentan con motores eléctricos, que evitan los habituales tapones, reducen la contaminación del medioambiente, y llegan a los lugares donde camiones y camionetas no pueden entrar.
No todo tiempo pasado fue mejor. La tecnología nos permite hoy simplificar algo tan habitual como las compras. Nos ofrece las vidrieras o escaparates más grandes del mundo y a solo unos clics de distancia. Nuestros dedos pueden hacer magia con las compras.