Taiwán se encuentra en alerta máxima debido al mayor despliegue naval chino en casi tres décadas. El Ministerio de Defensa taiwanés ha denunciado que Pekín ha concentrado una flota de aproximadamente 90 buques de guerra y guardacostas en las aguas que rodean la isla.
Este movimiento militar sin precedentes ha generado una gran tensión en la región y ha puesto en alerta a la comunidad internacional.
Las autoridades taiwanesas consideran que este despliegue representa una grave amenaza para su seguridad nacional y que China busca imponer su dominio en el Estrecho de Taiwán.
Expertos en seguridad creen que Pekín está tratando de enviar un mensaje contundente a Taiwán y a Estados Unidos, en un momento de creciente tensión entre las dos potencias.
La visita reciente del líder taiwanés, Lai Ching-te, a Estados Unidos y sus reuniones con altos funcionarios estadounidenses han sido señaladas como uno de los detonantes de esta escalada militar.
China ha condenado enérgicamente esta visita y ha advertido a Taiwán sobre las consecuencias de cualquier acción que pueda ser interpretada como una declaración de independencia.