El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se dirigió a la nación tras la renuncia de su primer ministro Michel Barnier y su gabinete, forzada por una moción de censura histórica en la Asamblea Nacional.
Macron rechazó asumir responsabilidad por la crisis y acusó a la oposición de extrema derecha e izquierda de formar un «frente antirrepublicano» para generar desorden.
El mandatario descartó dimitir y afirmó que cumplirá su mandato hasta 2027, destacando su compromiso con la continuidad del Estado y la estabilidad institucional.
Anunció que en los próximos días nombrará un nuevo primer ministro para formar un «gobierno de interés general» capaz de generar consenso en el Parlamento. Macron aprovechó la próxima reapertura de la catedral de Notre Dame para hacer un llamado a la unidad nacional.
Comparó la reconstrucción de este símbolo histórico con la necesidad de superar la actual crisis política mediante una visión clara y la colaboración entre las fuerzas políticas para abordar los desafíos de Francia.