Con medio siglo dedicado al arte, Claudio Cohen celebra su trayectoria con la misma pasión que marcó su debut como cantautor.
Su más reciente lanzamiento, Dime cosas bonitas, se suma a un legado que incluye más de 200 canciones y un compromiso con la poesía y la música como vehículos de amor, reflexión y cambio social.
Para Cohen, su arte debe impactarlo primero a él mismo: “Soy muy crítico conmigo mismo. Cada poema o canción debe conmoverme, hacerme llorar, para considerarlo digno de compartir”.
El artista, quien también es publicista y escritor, señala que la clave de su renovación constante radica en no repetirse. Sus composiciones, alejadas de enfoques comerciales, nacen de vivencias únicas, lo que les da un carácter distintivo.
Este noviembre, Cohen conmemora además su participación en Siete Días con el Pueblo en 1974, una experiencia que marcó su compromiso con el arte como herramienta de transformación.
Como parte de las celebraciones, planea realizar presentaciones en diversos pueblos y escenarios que lo invitan a compartir su música.
Al reflexionar sobre su trayectoria, Claudio Cohen describe estos 50 años como “una búsqueda de trascendencia”. Inspirado por el espíritu de su padre y un propósito de vida que lo impulsa a ir más allá de las coyunturas, Cohen aspira a dejar un legado de paz y autenticidad.
Su hijo Gabriel Cohen, también músico, lo acompaña en esta etapa, mostrando que el talento y la pasión artística continúan como una herencia familiar.