Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal nacieron en Ojo de Agua, un pueblo de la provincia de Salcedo. Sus padres fueron Enrique Mirabal Fernández y Mercedes Reyes Camilo. Otra de sus hijas fue Bélgica Adela (Dedé) Mirabal, que falleció el primer día de febrero de 2014.
En 1955, Minerva contrajo matrimonio con Manolo Tavares, un estudiante de derecho opositor al régimen de Rafael Leónidas Trujillo. La dictadura dominicana estaba desgastada. Poco a poco fue elaborándose en el país, y en Latinoamérica en general, diversos levantamientos en contra de gobiernos de esta índola.
La situación se intensificó después del derrocamiento de Fulgencio Batista en Cuba (1959). Así se creó un movimiento en contra de Trujillo, nombrado Agrupación 14 de junio, en honor de una expedición armada proveniente de Cuba que llegó a la isla.
Manolo Tavares fue su primer presidente y las hermanas Mirabal desempeñaron un papel clave en la disidencia. Eran conocidas como “Las Mariposas», nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas. El símbolo de la mariposa es interesante, pues representa la ligereza y la metamorfosis del ser humano hacia una nueva etapa de su vida.
Entre tanto, Trujillo ya tenía harto al gobierno norteamericano por sus injerencias fuera de las fronteras de República Dominicana. Su intento de asesinar al presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, el 24 de junio de 1960, hizo que le soltaran la mano.
Ante los movimientos, el gobierno autoritario mandó a encarcelar a los miembros de la Agrupación 14 de junio. Posteriormente, un centenar de personas sufrieron violaciones de sus derechos humanos, como tortura y pérdida de la vida. La acción reforzó la vigilancia gubernamental y el acoso policial a los críticos, en especial, a la familia Mirabal.
Y llegó el día que se anunciaba desde hacía tiempo: el 25 de noviembre de 1960, Patria (de 36 años), Minerva (de 34) y María Teresa (de 26) fueron interceptadas cuando regresaban a su casa después de visitar a sus parejas en la cárcel de Puerto Plata. Un grupo de agentes las golpearon y arrojaron el jeep en el que viajaban al interior de un barranco para que se interpretara que habían sufrido un accidente automovilístico. El plan fue ejecutado por el general Pupo Román.
No mucho tiempo después, medio año apenas, Trujillo fue asesinado. Se equivocaron quienes lo mataron porque no permitieron que cayera sobre él el juicio más impresionante que se hubiera hecho en República Dominciana. De hecho en 1962 pasaron por tribunales los actores materiales del crimen de las hermanas que, obviamente, no fueron encarcelados.
En 1981, se realizó el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá. Allí se propuso establecer el 25 de noviembre como el Día de Lucha Contra La Violencia Hacia las Mujeres, una propuesta que culminaría en 1999. Además, se fundó la Casa Museo Hermanas Mirabal, ubicada en el territorio donde las hermanas pasaron sus últimos meses antes de ser asesinadas.
¿Qué sucede 64 años después del crimen? La política ha dejado de ser el móvil de los crímenes en nuestro país. Sin embargo, no cesan los asesinatos, especialmente aquellos causados por las parejas de las víctimas. Sin duda, las Hermanas Mirabal habrían disfrutado mucho más de la paz política, pero también habrían luchado por el castigo ejemplificador a los criminales de modo que bajasen notablemente los cuantiosos feminicidios.