Durante la XVI cumbre de los BRICS en Kazán, los líderes de los países miembros hicieron un llamado urgente para detener la guerra en Gaza. Vladímir Putin denunció que la situación en la región está al borde de una guerra a gran escala, con más de 40,000 muertos en Gaza, la mayoría civiles.
También destacó la necesidad de corregir las injusticias históricas contra el pueblo palestino, mientras que Xi Jinping y Cyril Ramaphosa se sumaron al pedido de un alto el fuego inmediato y una solución de dos Estados.
El presidente palestino, Mahmud Abás, intervino en la cumbre y acusó a Israel de genocidio y limpieza étnica en los territorios ocupados, resaltando que el conflicto actual ha causado la mayor crisis humanitaria desde 1948.
Abás también agradeció a Rusia por su apoyo continuo al pueblo palestino. La presencia de Abás subrayó la preocupación de los BRICS por la escalada del conflicto y su impacto en la región.
Líderes como Nicolás Maduro e Irán criticaron duramente a la ONU, señalando que su falta de acción ha permitido que el conflicto se intensifique. Maduro declaró que cada misil que cae en Gaza o Líbano destruye no solo edificios, sino también la credibilidad de las Naciones Unidas.
Esta cumbre mostró la preocupación internacional por la falta de avances hacia la paz y las crecientes tensiones en Oriente Medio.