El canciller dominicano, Roberto Álvarez, rechazó los llamados a detener las repatriaciones de haitianos, calificándolos de «insensatos» y advirtiendo que hacerlo sería equivalente a abrir las fronteras del país, lo que incentivaría una mayor migración irregular. Álvarez destacó que el gobierno dominicano no permitirá este escenario.
El canciller subrayó que la crisis en Haití es responsabilidad de Haití y de la falta de apoyo internacional, recordando que República Dominicana no ha sido la causante de los problemas humanitarios, económicos o de seguridad del país vecino, aunque ha enfrentado la crisis durante décadas.
Álvarez mencionó que su país ha asumido una carga considerable debido a su frontera terrestre con Haití.
Álvarez presentó cifras que muestran la presión que la inmigración haitiana ejerce en el sistema educativo y de salud dominicano, con 147.000 niños haitianos en las escuelas y un 16 % de beneficiarios del sistema de salud público siendo haitianos. Concluyó afirmando que hay «límites» para lo que el país puede soportar.