Luego de denuncias y escrache público por fomentar la hegemonía de cuerpos, pieles y edades en mujeres, Victoria’s Secret regresó a las pasarelas con su mítico show. Después de cinco años de silencio y transformación de la marca, el imperio de la lencería retomó su desfile anual que estuvo repleto de celebridades en Nueva York, Estados Unidos.
Victoria’s Secret regresó a la pasarela luego de cinco años. Observando el show, las estrellas no quisieron perderse la gran vuelta de la empresa a las tablas. En medio de la polémica por su historial, la marca realizó un evento lleno de modelos que representaron el espíritu de la firma en diferentes décadas: Tyra Banks, Kate Moss, Eva Herzigova, Gigi Hadid, Alessandra Ambrosio, Adriana Lima y muchas más.
Por supuesto que los momentos de furor no faltaron. Uno de ellos fueron los encuentros familiares entre Kate Moss y su hija, Lila, como así también el de las hermanas Bella y Gigi Hadid. Otra de las sorpresas fue la llegada de nuevos «ángeles», como Ashley Graham y Paloma Elsseser, modelos de talla real.
Entre las perlas del encuentro podemos citar el debut de Carla Brunner, la exprimera dama de Francia, con 56 años y las canciones de Cher, que se mantiene intacta a los 78.
Sin embargo, el desfile de Victoria’s Secret no mostró nada nuevo ni distinto. La inclusión que tanto se le pidió y reclamó a la marca no estuvo presente: solo algunas modelos ocuparon el lugar de mujeres con cuerpos reales.
Lo mismo sucedió con la diversidad cultural. Solo dos o tres asistentes llenaron el «cupo» que Victoria’s Secret consideró como adecuado para su desfile. La predominancia de cuerpos hegemónicos en mujeres caucásicas y jóvenes fue el hilo que volvió a imponerse en este evento.