«Señor, retirese a un coche de tercera clase porque, por su raza, no le corresponde estar aquí». En los trenes de lujo de Sudáfrica los indios eran marginados a viajar como los más pobres. Nunca imaginó ese guardatrenes que esto, que podría ser un pequeño detalle, fue el punto de partida para decidir a un hombre a luchar contra la discriminación racial y a desarrollar su filosofía de resistencia no violenta, organizando protestas y movilizando la comunidad india en Sudáfrica.
Ah, ese indio se llamaba Gandhi. Un año después fundó el Partido Indio del Congreso de Natal, una organización que pretendía divulgar las denuncias de discriminación y de violaciones de los derechos civiles a los indios por parte de los británicos que residían en Sudáfrica. También creó varias colonias agrarias y hospitales en Sudáfrica y luchó por abolir el sistema de castas que dividía a los indios.
Una muestra de su protesta sin violencia fue, en 1930, la famosa «Marcha de la Sal». Caminó 240 millas desde Sabarmati Ashram hasta la costa de Dandi para protestar contra el monopolio británico sobre la producción de sal. Este acto de desobediencia civil no solo movilizó a miles de indios, sino que también atrajo la atención internacional hacia la lucha por la independencia de la India. La marcha se convirtió en un símbolo de resistencia pacífica y mostró el poder de la acción colectiva.
Gandhi tenía una profunda conexión con los jóvenes y a menudo los invitaba a participar en sus movimientos. Creía que los jóvenes eran el futuro de la nación y se esforzaba por inspirarles a ser activos en la lucha por la justicia. En una ocasión, organizó un campamento para jóvenes en el que les enseñó la importancia de la autoconfianza, la responsabilidad y el servicio a la comunidad. Estas interacciones no solo influenciaron a los jóvenes de su tiempo, sino que también dejaron un legado duradero en la India.
Mahatma Gandhi nació un 2 de octubre de 1869 y fue asesinado el 30 de enero de 1948 por un hombre fanático hindú que estaba enojado con él, después de abandonar un ayuno que perseguía la paz entre las dos comunidades.