En la noche del 30 de mayo de 1961, el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo fue emboscado y asesinado en el kilómetro 9 de la carretera entre Santo Domingo y San Cristóbal. El complot fue orquestado por un grupo de disidentes, entre ellos, Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza y otros. El vehículo de Trujillo recibió más de 60 impactos de bala, siete de los cuales le causaron la muerte. Su conductor, Zacarías de la Cruz, sobrevivió a pesar de recibir múltiples disparos.
Tras el asesinato, la familia Trujillo intentó huir del país con su cuerpo a bordo de su yate, pero fracasó. Su funeral se celebró el 2 de junio de 1961 y estuvo marcado por una gran procesión desde el Palacio Nacional hasta San Cristóbal. El entonces presidente Joaquín Balaguer pronunció el panegírico. Ante la creciente presión pública, la familia Trujillo finalmente huyó del país. Su hijo, Ramfis Trujillo, retiró en secreto los restos del dictador.
Originalmente enterrado en el cementerio de Père-Lachaise de París, los restos de Trujillo fueron trasladados posteriormente a El Pardo, una pequeña comunidad cerca de Madrid, España. Su muerte marcó el fin de un régimen brutal que había gobernado la República Dominicana durante más de tres décadas.
Fuente: Dominican Today